La actividad y el descanso son dos aspectos vitales de la vida. Encontrar un equilibrio en ellos es una habilidad en sí misma. Cuándo tener qué y en qué cantidad es sabiduría. Encontrar uno en el otro – actividad en el descanso y descanso en la actividad – es la libertad máxima.
Más agotador que el trabajo en sí mismo es el recuerdo del trabajo duro. El mismo hecho de pensar que has trabajado duro interfiere con la calidad del descanso. Alguna gente se enorgullece de trabajar sin obtener resultados. Y hay otros que ansían un descanso largo sin saber que el descanso es no hacer nada. Es la calidad del descanso, aun si es corto, la que lo hace recuperador.
Cuando el descanso es necesario, tu cuerpo automáticamente lo toma. Descansar, sin pensar en la necesidad de ello, es mas reparador. La ausencia de deseos, desapego y Samadhi son el descanso más profundo.
Pregunta: Nuestro trabajo es muy estresante. No tenemos suficiente tiempo para la familia. ¿Qué hacemos?
Respuesta: ¿Pasas tiempo de calidad con tu familia? ¿Aún si pasas media hora eres cordial y totalmente atento a las necesidades de tu familia? No es la cantidad de tiempo que pasas con tu familia lo que importa. Lo que importa es la calidad del tiempo que estas con ellos.
Creer que necesitas descansar te cansa. Creer que tienes que trabajar te agota. Creer que has trabajado duro te trae autocompasión.