La etapa de la vida que se ubica entre los 13 y 25 años conlleva enormes cambios, aventuras, toma de decisiones trascendentales y nuevas relaciones. Es un tiempo en el que también pueden florecer tormentas a mayor escala, estrés y discusiones innecesarias. Por eso la meditación se presenta como un bálsamo para sobrellevar los desafíos propios de la edad.
La realidad es que cada vez más jóvenes encuentran en las técnicas de relajación una oportunidad para mejorar la relación con los padres, incrementar el foco a la hora de estudiar, ser más sociable, potenciar los talentos y la creatividad. Incluso es posible empezar a meditar a los 9 años. Así de sencillo.
Juana Sánchez, mamá de una nena de 12 años que tomó el curso Art Excel, compartió cómo su hijo modificó su comportamiento después de meditar: “Solía ser tan inquieto que me era imposible llevarlo a cualquier lado. Nunca se quedaba quieto en un lugar. Desde que empezó a meditar, está más tranquilo y calmo. Incluso ya no me llaman del colegio por su mal comportamiento”.
Para María Ferrero, una estudiante universitaria, su vida dio un vuelco en la relación con sus compañeros y amigos. “Era muy introvertida en el colegio, tenía pocos amigos. Cuando hice el curso de Sahaj Samadhi, dos años atrás, las cosas dieron un giro. La gente del colegio quería ser mi amiga, me decían que era muy divertida mi compañía. Mi personalidad entera cambió”.
La meditación suaviza los enrosques mentales y ayuda a los jóvenes a ser más naturales con su entorno. Como consecuencia, es más sencillo dejar pasar los comentarios negativos, las peleas y las situaciones de bullying.
En la actualidad, los chicos viven a una velocidad vertiginosa, absorben altísima cantidad de estímulos y su cerebro funciona muy distinto al de anteriores generaciones. Como solución a esta revolución, muchas escuelas están volcándose a utilizar la meditación.
"Los niños meditan con los ojos abiertos, pero a partir de los 10 años se relajan como los grandes y bajan un cambio. Las estadísticas nos muestran que reducen la agresividad que les lleva al bullying y se concentran más en los estudios”, sostiene Sofía Godio, instructora de El Arte de Vivir.
Al meditar, los jóvenes también son capaces de comunicarse más pacífica y hábilmente con los padres. Esto reduce las brechas de comunicación entre ellos. Y les ayuda a ser más conscientes en la toma de decisiones, con un equilibrio entre sus deseos y los consejos del entorno.
En los últimos diez años, El Arte de Vivir ha dictado talleres y cursos en escuelas de Capital y Gran Buenos Aires, universidades prestigiosas y hogares infantiles. Además, el curso Yes Plus ofrece técnicas específicas de meditación y respiración adaptadas a jóvenes de 18 a 32 años.