La lujuria es una de las mayores molestias que muchos afrontan. La lujuria se apodera de la mente y cansa el cuerpo, y embota el intelecto. La lujuria, cuando es consentida, produce inercia, y cuando es reprimida, produce ira. La lujuria no es otra cosa que energía primordial desaprovechada. Lo mismo sucede cuando lo aprovechado se manifiesta como entusiasmo, brillo, agudeza de intelecto y amor.
¿Cuáles son los factores que pueden sublimar o transformar la lujuria en amor?
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Alegría: la gente que está en las garras de la lujuria no está genuinamente alegre. Cuando estás genuinamente alegre, no hay lujuria.
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Generosidad: cuando te das cuenta de que estás aquí, solamente para dar y dar, y sientes que eres muy generoso, la lujuria se sublima. La lujuria nos hace posesivos, y no generosos.
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