Los sabios ancestrales han explorado las profundidades del ser y nos han brindado el conocimiento de la Pancha Kosha (cinco sentidos) que se dirige a cada nivel del ser humano.
Pancha Kosha comprende:
- La capa de la alimentación (Annamaya Kosha)
- La capa de la respiración (Pranamaya Kosha)
- La capa de la mente (Manomaya Kosha)
- La capa del intelecto (Vijnyanamaya Kosha)
- La capa de la dicha (Anandamaya Kosha)
Quieres experimentar esta meditación?
El camino del Yoga es un viaje hacia dentro para la realización de la naturaleza propia. La meditación Pancha Kosha te lleva en este viaje llevando tu atención suavemente hacia estas cinco capas.
Esta es la historia de un buscador que atravesó las cinco capas con la guía de su Guru.
Este episorio muestra que:
- La combinación del conocimiento, disciplina, intuición, experiencia y devoción, es esencial para la realización del ser y para la unificación de toda la creación.
- El buscador es incentivado a confiar en su propia experiencia y a agudizar su intuición.
- Esta es una senda de experiencia –sutil y hermosa- en contraste con la árida teorización y retórica.
Hace miles de años, en un lugar en el medio del bosque, vivió un Guru. Entre sus discípulos talentodos, parecía ser que el más talentoso era su propio hijo, aunque el Guru no le demostrara nada en especial.
Un día el chico se acercó respetuosamente a su maestro. Cuando se le dio el permiso de realizar una pregunta, con reverencia preguntó, ¿Qué es Dios?
El Gurú contestó, “La alimentación es Dios”, y se quedó en silencio..
El chico correctamente supuso que esto significaba que debía estudiar no sólo la comida, sino todas las cosas que involucran lo corporal en el ambiente y entender la verdadera naturaleza de esto. Muchos años pasaron y su observación se volvió más profunda, y por último concluyó que había más Dios que materia.
Una vez más se acercó a su maestro y le pregunto, ¡Qué es Dios?
Esta vez el sabio contestó, "Prana (la fuerza de vida) es Dios (Brahman)".
Esta vez el chico profundizó en un intenso estudio del prana, manejando las técnicas del control de la energía de la fuerza de vida a través de los pranayamas y distintas disciplinas.
“La mente es Dios”, dijo el Gurú y se sumergió nuevamente en las profundidades de su dicha meditativa.
Aprovechando su talento, el discípulo no desperdició ni un momento y se sumergió en las profundas experiencias de la mente y de la conciencia a través de la meditación.
Aún con las modulaciones de la mente, se preparó una vez más para recibir lo mejor que el maestro pudiera ofrecerle.
“La ingeligencia es Dios”, fue el siguiente mensaje que recibió del maestro algunos años luego. Para ese momento era capaz de sumergirse en las profundidades de la percepción intuitiva y revelar los misterios del conocimiento del ser, que se convirtió en la base de los pensamientos espirituales Indios por cientos de años.
Pero aún había otro paso que realizar; y una vez más preguntó a su maestro, esta vez con la confianza de un verdadero buscador, "¿Qué es Dios?"
Con una sonrisa satisfecha y un amor infinito, el maestro dijo con un aire de finalización, “¡La dicha es Dios!”
Cuando el buscador maduro ahondó en la experiencia de la dicha, se disolvió en la totalidad, el éxtasis de la realización divina se convirtió en su propio ser, y entonces se iluminó.