Convencida de que arriesgarse es perder el equilibrio momentáneamente pero no hacerlo es perderse a una misma, migré de una sala de redacción a una de abordaje. La búsqueda de historias, aunado a la necesidad de servir, me impulsaron a ser tripulante de cabina… tras años de trabajar como periodista.
Aunque sabía que la decisión era el comienzo de una etapa de evolución, desafiar la lógica estandarizada me asustaba. Sin más paracaídas que los pranayamas, el kriya y la meditación, me lancé a lo incierto. Le escribí a guruji, trabajé por la plaza, le entregué el resultado a la divinidad y confié en la sabiduría universal.
Hoy le agradezco a El Arte de Vivir por facilitarme estas técnicas que me mantienen libre de ansiedades, tensiones y apegos, a la vez que me inundan de energía, bendiciones y amor.
Periodista- Tripulante de cabina. San José.